Todos queremos que nuestro trabajo aparezca primero en las búsquedas de Google. Pero los archivos PDF ocupan un lugar muy bajo en sus índices.

Google no quiere dirigir a sus usuarios hacia archivos PDF. Las páginas web ofrecen una mejor experiencia de navegación, tienen más probabilidades de contener información actualizada y contienen metadatos adicionales que Google puede usar para medir la relevancia.

Las páginas web bien construidas subirán rápidamente en los índices de Google, aumentando exponencialmente el número de visitantes.

Aproximadamente la mitad de la navegación web del mundo ocurre en teléfonos. Por lo tanto, sus publicaciones deben ser legibles en pantallas de todos los tamaños imaginables. Bien construidos, los sitios web se adaptan a cualquier pantalla. Por ejemplo, en una pantalla pequeña el texto reflota a un tamaño razonable, las imágenes se reducen para ajustarse y los distintos elementos se sitúan para ocupar el espacio disponible.

A esto lo llamamos diseño adaptativo (responsive). Y es algo que los PDF no pueden hacer. Frecuentemente, leer un PDF en un teléfono requiere constantes acercamientos y desplazamientos, resultando incómodo.

Es difícil saber con certeza cuántas personas han descargado sus archivos PDF. Más allá de eso, no se puede saber si alguna vez los abren o cuánto tiempo pasan leyendo.

En un sitio web, éticamente se puede hacer un seguimiento de cómo las personas encuentran y leen su trabajo, cuánto tiempo pasan en cada página, en qué hacen clic a continuación y mucho más. La analítica web hace que sea más fácil saber en qué están realmente interesados los usuarios; informar a socios y patrocinadores y tomar decisiones estratégicas.

Si ya usa análisis para ver de dónde proviene el tráfico de su sitio, verá que en muchos casos proviene de sitios como Facebook y LinkedIn. Las personas comparten enlaces a sitios web todo el tiempo. Casi nunca comparten enlaces a archivos PDF. Los archivos PDF son, en buena medida, invisibles para las principales fuentes de tráfico en la web.

Una de las razones es que las páginas webs bien elaboradas ofrecen lo que una red social necesita para presentar una vista previa del enlace. Estas vistas previas se denominan tarjetas de redes sociales. Y una buena tarjeta –con una imagen llamativa, un buen título y una descripción interesante– puede ser la razón principal por la que una persona haga clic en un enlace a su sitio.

Los PDF no tienen tarjetas.

No solo puede compartir un enlace a una página web: en una página que lo admita, puede vincular a una sección específica de la misma. Esto se denomina enlace profundo (deep linking) y puede ser enormemente útil para los usuarios.

Imagine que desea mostrar a un colega un determinado gráfico o epígrafe, que se encuentra dentro de un artículo largo. Puede compartir un enlace a ese epígrafe exactamente, de modo que cuando su colega haga clic en el enlace su navegador se desplace directamente a ese punto. 

Frecuentemente queremos añadir interactividad al contenido.  La interactividad puede incluir gráficos que responden a los movimientos y toques, tablas dinámicas, tests o calculadoras en línea, transmisión de video y audio, animaciones, etc. 

Muchos de estos elementos son tan fáciles de integrar en sus páginas como copiar y pegar un código de inserción de YouTube.

Puede actualizar el PDF en su sitio web, pero no puede actualizar el PDF que alguien descargó ayer. O el PDF que se acaba de subir a una plataforma para compartir archivos.

A diferencia de los archivos PDF, los sitios web pueden ser dinámicos: partes de ellos pueden cambiar automáticamente, presentando datos actualizados en tiempo real o ofreciendo contenido adecuado al tipo de usuario.

Por ejemplo, puede permitir que solo los usuarios registrados vean su nuevo video, como una mejora solo para miembros de una página.  O incorporar al documento información estadística actualizada proveniente de fuentes externas.

En ocasiones puede ser valioso recopilar comentarios de los lectores. Los comentarios pueden ayudar a conocer a sus clientes y obtener más información sobre cómo interactúan con su contenido. Pueden también aumentar la credibilidad general de una página.

En un sitio web se puede permitir que los usuarios realicen comentarios públicos o privados. Y se puede optar por moderar activamente las contribuciones, lo que a menudo es necesario para garantizar debates de calidad. Los comentarios se pueden recopilar al final de cada página, o los usuarios pueden agregar anotaciones a puntos específicos del texto.

Los asistentes de voz como Siri, Google Assistant o Alexa pueden buscar y leer la web por usted. Si sus sitios web están bien estructurados, las personas que utilizan asistentes de voz obtendrán lo que necesitan de su sitio, por ejemplo, encontrarlo y escucharlo mientras conducen. Los algoritmos detrás de estos asistentes favorecerán cada vez más los sitios amigables con la voz en sus resultados de búsqueda.

Los archivos PDF no están concebidos para un mundo asistido por voz.

Si publica en varios idiomas, los usuarios pueden cambiar de idioma directamente en la página, en lugar de tener que buscar y descargar un PDF distinto. Eso ayuda a las personas que no hablan el idioma principal del sitio y hace que se sientan mejor recibidos, lo cual es importante si se procura llegar a un público más amplio.

Además, en un contexto de tecnología web es mucho más fácil el mantenimiento de las traducciones en paralelo, a diferencia de los PDF que son archivos originales distintos para cada idioma.

Los buenos sitios web se abren más rápido que los PDF.  Ofrecer una buena experiencia de usuario requiere que este pueda interactuar con el contenido a los pocos segundos de haber clicado en él. Y cada segundo que tiene que esperar aumenta significativamente la posibilidad de que se de por vencido o se distraiga. 

Cuando decimos que un sitio web es accesible, generalmente queremos decir que cualquiera puede leerlo, a veces con la ayuda de tecnologías asistivas como lectores de pantalla, pantallas de alto contraste, o tamaños de texto variables.

Es posible que quiera usar el mismo contenido en varias publicaciones. O que necesite reutilizar el contenido existente de nuevas maneras: tal vez una serie de publicaciones o podcast, una aplicación, una nueva campaña de marketing o una nueva edición de un libro.

Reutilizar el contenido desde PDF no es fácil, generalmente significa copiar y pegar de forma poco ágil, a veces nuevamente en MS Word, y luego crear cada nuevo producto desde cero.

Un efecto secundario de publicar sitios web es que su contenido se vuelve más fácil de reutilizar y adaptar. Las herramientas de publicación digital son inherentemente mejores en esto. Los sistemas de publicación modernos tienen un control de versiones detallado, proporcionan un fácil acceso basado en la web para todos los miembros del equipo (no solo aquellos que pueden permitirse, por ejemplo, InDesign) y mantienen el contenido separado del diseño, lo que le permite transmitir el mismo contenido a diferentes diseños. Y de manera natural alientan a los miembros del equipo a pensar en oportunidades más allá de la página impresa.